martes, 22 de julio de 2003

Hace un tiempecito que no tengo un reencuentro con mi blogg, pero tengo motivos. Es gracioso lo ultimo que escribi diciendome a mi misma lo fuerte que soy, pero parece que el destino me prueba otra vez.
Aunque esta vez ha penetrado muy hondo (las mujeres que son madres, seguro me entenderán). Mi hijo ha tenido un accidente laboral y aunque por suerte está ya muy bien, (un poco maltrecho, pero bien), en esos momentos darías algo por que todo el sufrimiento de tu hijo te viniera a ti. Soy incapaz de verle sufrir, me miraba y en sus ojos pude adivinar esa llamada de ayuda, como cuando era pequeño y se caía, venía a mi para darle consuelo; y, ahí estaba con ese tubo y esa maquina tan ruidosa, --y que no se acabara el ruido-- me daba la sensacion de que podria morir, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Pero, ya paso todo y ahora esta tranquilamente en casa.

Cuando le dieron el alta hospitalaria y lo mandaron a casa, mis fuerzas se fueron agotando poco a poco, y claro, esa fuerza que tienes, porque sabes que tu hijo te necesita y no puedes desmoronarte, se te va como si fueras un globo dando al mismo tiempo tantas veces gracias Dios mio, gracias por no quitarmelo, solo tiene 27 años, un hijo (dos proximamente) hubiera sido tan doloroso para todos que –muchas gracias-.

Bueno, espero que la proxima vez, cuente que he sido muy feliz, por algun acontecimiento. Realmente ahora soy muy muy feliz.

viernes, 11 de julio de 2003

Acabo de escribir y no sé como lo he hecho pero –se borró-, esto puede conmigo. También hace unos dias borré algo que ya tenía escrito sin querer, algún día conseguiré hacerlo bien a la primera.

Ahora estoy en mi trabajo haciendo un pequeño lapsus, aquí hay muchos compañeros que se van de vacaciones, los veo tan eufóricos que se me pega y todo, aunque yo hasta finales de este mes no las tengo.

Tengo una etapa de mi vida muy buena, aunque a veces me lo jorobe esos sentimientos que tengo que si pudiera me los arrancaría de cuajo. Así es el amor, unas veces te sube al cielo y otras te deja caer de golpetazo.
No debo ni quiero quejarme, considero que soy una privilegiada, en trabajo, en amigos “pocos pero con esencia pura”; en familia. Solo tengo que mirar a veces a mi alrededor, (últimamente, no sé que pasa pero viendo la “tele” sale cada historia que es para pensarlo); para darme cuenta de lo que tengo.
Me considero una mujer fuerte ante los acontecimientos que pasan por mi misma y mi familia, cuando tengo que dar la cara, la doy con todas las consecuencias. Pero ¿que me pasa cuando me quedo a solas?, parece que no soy la misma y tengo que hacer verdaderos esfuerzos para no caer.
Pd. C. aún sin conocerte, me gustó lo que me pusistes. Ha sido lo que borré sin querer.

martes, 8 de julio de 2003

Cuando llega el fin de semana te vas del trabajo feliz “por lo menos descansas”, pero ya se encargará alguien de planificártelo, sobre todo tu familia. Eso es lo que me pasó el sabado, me levanté para comprar –tempranito, eso sí, después suele haber demasiada gente- pero antes de salir tuve la llamada de mi hijo, que quería ir a comprar y me propuso de ir juntos, bueno, así lo hice, toda la mañana en un centro comercial. Llegué a mi casa sobre las 13’00 h. él se fue a la suya, y, otra llamada telefónica, esta vez mi hija proponiéndome ir a su casa a la piscina, la idea era buena, me podría dar un chapuzón, pero creo que tengo mas tripa que el año pasado y no me he probado todavía el “viquini”, pero bueno quedé con ella en que llamaría a G. (mi hijo) y después me llamaría para ver como habían quedado, y así fue, al final vino G. a buscarme y nos fuimos.
Pasamos toda la tarde en su casa, hasta las 9’30 que me dejó en la mia (así, poco descansé el sabado).
Pero quedaba el Domingo, si no hubiera sido porque vinieron todo a comer (incluida mi madre ). Me lo pasé genial los dos días, pero no descansé absolutamente nada. “VIVA EL FIN DE SEMANA”